Uncool, aun virtualmente.

Desolation row...

Me desperté queriendo dibujar y me desperté recordando aquella noche en que me quedé varado en Toluca sin dinero, sin teléfono, sin amigos y sin un alma que me quisiera dar refugio (Stuck inside Toluca with the Metepec blues agaín).

Toluca, su fealdad es innegable. Pero algo hay de bello, si uno se esfuerza realmente por encontrarlo; las torres eléctricas gigantescas atravesándola por completo, la enorme cantidad de fabricas con sus chimeneas enormes y tubos que salen de todos lados.
Aquella noche la terminé pasando en un motel llamado “Motel San Javier”. Entré rogando por un teléfono en el que pudiera hacer una llamada. Una llamada que de cualquier manera no ayudaba mucho a las doce y media de la noche. El dueño del lugar, un señor que ya se veía algo anciano, acabó apiadándose de mí dejándome dormir en una habitación sin cargo alguno. “De todos modos nadie las esta usando joven” dijo.

Dormí unas cuantas horas y salí de ahí antes de que siquiera saliera el sol. Tenía que tomar el primer camión del día y continuar con mi camino. Llevaba mis audífonos puestos cuando iba rumbo a la estación de autobuses y el disco que tocaba era el Bootleg series de Bob Dylan, el concierto del “Royal Albert Hall” en 1966.
Pocas cosas en mi vida han combinado de forma tan perfecta como ese disco con el frío de aquella mañana y la certeza de haber vivido una de las noches más insólitas de mi vida. Y el paisaje de la carretera cuando por fin tomé ese autobús y vi el amanecer en mi ventana coloreando todo poco a poco.

Tal vez no fue lo que podrían llamar “la más grande aventura jamás vivida”, pero en aquel momento cuando oía a Dylan cantar:

“One too many mornings, and a thousand miles behind...”

Bueno realmente se sentían como a thousand miles behind.

Hit del verano

Estaba en una clase hace algunos semestres. El caso es que de pronto mencionan a Iran, la razón ni la recuerdo pero debieron haber pasado diapositivas con la foto del Ayatoya Jomeini.

Mi cerebro quizá se fue por otros lados y el resultado es este dibujo en el que el Sha Reza Pahlevi tiene una impenetrable armadura de metal y Sean Connery encarna al Ayatola. Dos razones para lo anterior:

1.- El parecido innegable de ambos personajes (comparen fotos en google-imágenes si acaso dudan).

2.- ¿Pueden pensar en alguien que pudiera decir Iron Sha con más estilo que Sean Connery?

. -Shurrender now Iron Sha -Diría con ese scottish accent- There'sh no fuckin' eshcape.

¡MALDITA SEA!

YO LE APUNTÉ A LA GORDA.

Recordando a Joy Division.

Un día como ayer, en 1980.

Constrúyase un amigo

Y ya que está en eso, hágalo un iracundo ciclope con armadura. Lo único que necesita es quitarle la cabeza metálica a un encendedor vacío como este.


Posteriormente colóquelo en su dedo índice (Sólo funciona si sus dedos no son gordos). Y pinte la cara de un ciclope enojado.


Lo que sigue es que la gente pensará que usted es esquizofrénico: Posiblemente sea cierto y entonces su dedo le ordenará deshacerse de todos sus conocidos.

No lo haga.

En vez de eso dibújelo.

Me encantan las armaduras y todo eso, saben. Siempre me he preguntado como sería un duelo de espadas medieval; creo que resultaría cercano a pelear contra una maquina de capuchino gigante, al menos esa es mi percepción.

Resguardando las espaldas de un ciclope poderoso.

Es mejor que Tony en El Resplandor. Creo que lo llamaré Bob, Bob el ciclope.

Un día cualquiera en el metro.

Las mismas plumas negras, rojas y azules, desde 1997

Si mal no recuerdo en las escuelas primarias tienen esta idea de que los bolígrafos son cosa de niños grandes, los niños de menos de 10 años corren el riesgo de batirse todos de tinta, sin mencionar a sus compañeros.
Preescolar es de crayones, la primera mitad de la primaria es de los lápices y esos horribles colores que nunca se mezclaban bien. Es hasta la segunda mitad de la primaria que los maestros caras-largas te presentan a los tres bolígrafos que te acompañarán por el resto de tu vida escolar. Los tres del paquetito de plumas bic, ellos son:
Negro: El más requerido del equipo, casi siempre ocupado para hacer resúmenes, números, anotaciones en libretas de tareas. En fin, el pobre casi nunca descansa y se encarga de todo el trabajo pesado.
Rojo: Supongo que de tener personalidad, el rojo sería el más arrogante. No hace mucho, de hecho casi nada, pero lo poco que hace era considerado crucial. Poner márgenes en cada una de las paginas del cuaderno, subrayar los títulos de los resúmenes ¡Cuantas veces no me regresaron el cuaderno por no subrayar el puto titulo! Eso sin mencionar que el rojo es también, en la mayoría de los casos, el color exclusivo del maestro.
-Y no respondan con rojo porque yo lo utilizo para calificar y me confundo. Veo respuestas rojas y no califico nada. – Decían algunos de ellos mientras la mayoría de nosotros pensaba por dentro: “No es mi culpa que seas pendejo(a)".
No, el azul era, por lo general, el designado para todas las tareas menores como responder en examencitos parciales y poner nombre y grupo en la parte superior de cada hoja de cuaderno. Algo así como el Ringo de los Beatles, como el Robin de Batman, como el Zeppo de los Marx… Bueno quizá no tan inútil, pero me refiero a que era el menos indispensable. En mi escuela, por ejemplo, era usado para poner cuatro puntitos en la esquina superior izquierda, justo donde convergían los márgenes rojos. Se suponía que simbolizaban a Jesús, María, José y San Juan Bautista de la Salle.(¡¡¿¿??!!)

En fin, podría seguir por horas. Pero supongo que con eso basta para explicar la relación del titulo con la imagen.

Lady Butterfly es el nombre que pensé para ese dibujo, y creo que sería un muy buen diseño para adornar el costado de alguno de esos bombarderos de la segunda guerra... O una portada para The Who?

____________________________________________

Para más dibujitos de cuaderno:

Visión remota 3

Si tan sólo tuviera un barco oxidado y semihundido varado en algún lugar de la Antártida.

Otro de esténciles

Tanto tiempo embobado con mi escáner que olvidé que el propósito inicial de este blog era poner los esténciles que he hecho. Los hago e inclusive tomo fotos pero jamás los publico. El caso es que el martes pasado (noche del martes, mañana del miercoles) quedé de verme con el senzei de los esténciles (Ver post del 7 de noviembre del 2008), así es, por extrañas circunstancias de la vida nos topamos en un café de la ciudad hace unos meses y quedamos de ir a pintar paredes en alguna fecha próxima. Ya hablaré de eso y publicaré fotos posteriormente, son buenos trabajos, la verdad.

Quiero ir por orden. Hace unos meses fue el cubo (Ver unos posts abajo), puestos y borrados casi de forma automática. Poco después de eso, con los ánimos de estencilear casi por los cielos, me animé a hacer el dibujo que presento a continuación.
Creo que ya he mencionado la satisfacción y el significado casi espiritual que tiene el esténcil para mí. Es un proceso que requiere paciencia y que al ser realizado libera adrenalina y deja en alguna pared una creación propia, todo esto causa una satisfacción interna difícil de describir. Ahora bien, si aparte de todas esas jaladas puedes pasar a fastidiar a alguien que te caga; bueno, ese es un plus que se puede tener de vez en cuando.
Deseo hablar de él aquí. En un principio pensé que no lo haría, por miedo a meterme en problemas, pero ahora que ha pasado el tiempo, he incluso ha sido borrado, creo que ya no importa mayormente.
Todos los anteriores eran dibujos que podían llamar la atención de uno que otro por ahí, pero realmente no pasaban de eso; este en cambio pedía atención a gritos, la primera vez que hacía alusión a alguien en específico. Este maestro se lo buscó. La arrogancia en persona (totalmente injustificada). Abiertamente decía que no tenía la menor obligación de enseñar nada. Su visión de la clase perfecta es pararse en medio del salón y esperar a que la gente le pregunte cosas: “Maestro ¿Cómo le hizo usted para grabar ese maravilloso documental sobre el viejito del pueblo?; Maestro, cuéntenos todo acerca del viaje que hizo con su esposa a Michoacán para grabar ese sublime video de promoción para Tepetongo; Maestro ¿Por qué es usted tan increíblemente fantástico?”. Esperan algo así como su “The Actors Studio” personal, pero adivinen que, nadie quiere preguntar nada. No es que importe mucho ya que de todas formas hablará y hablará de lo chingón que es.
Claro, alguien en su defensa podrá argumentar que como él son la inmensa mayoría de los maestros de la facultad, y es verdad. Pero la cosa es que aparte de todo lo anterior, el sujeto simplemente tiene una cara que pide a gritos ser caricaturizada, parece salido de un capitulo de los Simpsons, como uno de esos familiares que Homero trae cuando Lisa cree que se va a volver estúpida por cargar el gen Simpson. Fácil pudo haber salido a decir: “Yo grabo videos de promoción turística y doy clases en la FCPyS”.
Así que un día lo dibujé en clase, y vagamente circuló por mi cabeza la idea de hacerlo esténcil. Pero pasaron meses para que finalmente lo hiciera. Lo primero fue agregar un pequeño mensaje extra.

Como ya dije, tenía la euforia por hacer esténciles así que todo sucedió muy rápido. Cuando lo llevé a ampliar todos en la fila de office max se echaron a reír sólo con verlo, más al escuchar la historia del maestro y mis planes a futuro con ese pedazo gigante de papel.

Y digo gigante porque de verdad era grande. La foto anterior me muestra a mi a lado del dibujo, debo aclarar que esa no es mi cara sino la cabeza sobrepuesta del guitarrista de los zombies (nice glasses) Mi cabeza esta proporcionada con el resto de mi cuerpo y por lo tanto es más pequeñaque el fotomontaje, pero eso les da una idea del tamaño que tuvo finalmente el esténcil.

Así que el plan fue ponerlo justo la noche anterior al día que da clases en la parte del edificio en el que seguro tendría que pasar. La pared designada esta en una sección enrejada de la escuela. Todos los demás los he puesto en zonas libres en las que casi puedo entrar saltando y dando maromas. Sin embargo este lugar es diferente. Hay que trepar con todo el sigilo del mundo, ponerse en modalidad Ninja. Hay una luz prendida en una cabina al fondo del lugar. Es ridículo pensar que puede haber vigilancia a estas horas pero uno nunca sabe. Así que aun metido en mi fantasía ninja me acerco con cuidado a escuchar o ver cualquier indicio de actividad humana. No parece haber nada pero el corazón me esta latiendo como demente. Quizá a veces magnificamos el peligro; ahorita por ejemplo, tal vez esté totalmente solo, sin un alma a kilómetros, aterrorizado simplemente por un foco que alguien olvidó apagar; sin embargo en mi mente estoy preparándome para ver salir de ahí al psicótico de la masacre de Texas, con su sierra eléctrica y todo.

Realizo todo el procedimiento con una cautela ridícula. Incluso envuelvo cuidadosamente cada lata de pintura en mi chamarra antes de agitarla, para que de esta forma la canica no haga ruido. Llámenme obsesivo, pero en el momento lo único que pienso es que no quiero despertar a Leatherface allá adentro.

Claro que con todo y todo tengo tiempo para tomar fotos de cada parte del proceso.

Soy de lento procesamiento y a veces es como si actuara dirigido por alguien más. El caso es que no caí en la cuenta de lo que había hecho hasta días después cuando les conté a mis amigos de esto. Fue entonces cuando lo vi desde la perspectiva del maestro. Cuando me dí cuenta de lo inverosímil, lo sorpresivo y desconcertante que debió haber sido ver una caricatura de ti mismo en tamaño cuasi real. Sin la menor idea de por donde apareció. Recuerdo haber visto al personal de limpieza y mantenimiento hablando en torno a la pared ¿Quién lo pintó? ¿Cómo le hicieron? Fue entonces cuando la broma cobró gracia para mi, por decirlo de algún modo. Después de todo ¿Cuántas personas pueden decir que han sido caricaturizadas en paredes? ¿Quién fue el ocioso que se tomó la molestia de hacer todo eso?
Yo lo hice, aunque en su momento negué cualquier relación con él. De poco sirvió, al parecer no soy muy bueno en eso de tener una identidad secreta, como superhéroe sería un fracaso.

Pequeño fragmento de diario

Blues 1

Otra sección de la galería de salón de clases. Ya no recuerdo en que clase, o cuando hice esto. Con el escáner a la mano estoy desempolvando todos los dibujos que veo. Mi cuarto y el sótano son pilas de cuadernos y hojas, suficientes para darle vida a este blog por un buen rato Por lo menos antes de que la gripe humana, antes conocida como gripa A H1N1, antes conocida como gripe porcina nos destruya.

Esta es una pequeña serie dedicada al blues. Desde que descubrí que la palabra Blue significaba en inglés algo más que el color; desde que me di cuenta de que era un tipo de emoción humana, parecido a lo que en español llamamos tristeza (Siempre he sido de la idea de que en cada idioma se entienden las palabras de manera distinta); supongo que desde entonces, o incluso antes, siempre escucho armónicas solitarias y guitarras apagadas en mi cabeza cuando tengo alguna especie de blues en mi.

Es eso, supongo, el blues a diferencia de la tristeza, tiene infinidad de subdivisiones, a veces puedes tener el highway blues, y otras veces el morning blues; a veces el walking blues y a veces el young man blues, el Memphis blues, el subterranean homesick blues, el outlaw blues y el cocaine blues, el kosmic blues, el summertime blues, el tombstone blues, Folsom prision blues, freight train blues, shotgun blues, Memphis blues (again), Roadhouse blues, yer blues, Louisiana y Mississippi Blues. Si tuviera que poner nombre al blues que tengo en la cabeza ahora, supongo que sería el lonesome blues, el boredom blues, el pandemic quarentine blues. Pero como no tengo nada de musical lo dejo en dibujos.

Don´t fuck with my monkey

Tambien llamado: chimpance de saco y corbata sosteniendo Desert Eagle calibre .35, con fragmento de pelicula 35 mm a la derecha.

Esténcil

Madera de pruebas

Ahora este pedazo de madera es lo único que separa a las ratas que viven en el sotano de la cabezera de mi cama. El encierro hace que le tome fotos a todo lo que veo.

Mean Mr. Mustard

¿No es surreal la vida, Mr. Mustard? Cuando paso al menos dos horas a la semana esperando a que llegue sin las más mínimas ganas de verle la cara. Ni una pizca de entusiasmo por escuchar las mismas lecciones que ha repetido sesión tras sesión, tras sesión. A veces puedo hacer playback con su voz, igual que con esas canciones que he oído hasta el cansancio; cuando en lo único que puedo pensar es en las múltiples formas en las que pudo haber perdido esa mano, Mr. Mustard.