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Lo corté rápidamente y con la misma prisa lo empaque en mi jodido estuche de cartón y tomé un camión el sábado temprano. Y después de un poco de exploración urbana en una vieja granja abandonada, después de una lluvia que nos mojó hasta los huesos, después de unas infernales horas de frío, temblor incontenible y la sensación de la inminente locura, después del partido de México contra Costa Rica y después de una fiesta adolescente en la que estábamos algo fuera de lugar. Después de todo eso, por fin eran las cuatro y algo pasada la meda noche.
Todo listo, la mica, las latas, los guantes, todo… Todo iba bien hasta que mi primo preguntó por la cinta adhesiva ¡La estúpida cinta! La había olvidado y sin ella todo lo demás era inútil. Busqué y busqué y luego me sentí como el idiota más grande del planeta. Sin embargo pudimos arreglarlo (de milagro) ya que el estuche de cartón estaba forrado por un montón de cinta que se ha quedado con el paso del tiempo. Sin embargo no toda la cinta sirve, pudimos sacar muy pocas tiras pequeñas.
Unos cuantos minutos estacionados frente al lugar para calar el tráfico y la vigilancia, también para servir unos vasos de refresco y mezcal barato (para agarrar valor). Y por fin llegó la hora. La mica se pegó bien y lo primero fue una capa de blanco para rellenar las piernas del Che. El lugar era ideal porque era la entrada y salida de las bodegas del supermercado. Dos trailers estaban estacionados ahí y a la primera señal de luces o ruido de motor a la distancia bastaba con decir “¡carro, carro!” para refugiarse en las pilas de cartón afuera de la bodega o bien bajo uno de los trailers. No es que hubiera mucho problema; a esas horas la mayoría de los coches pasan con música ranchera a todo volumen y con los ocupantes cantándolas a todo pulmón. Eso sólo me hace intuir que están ebrios (o que les gusta salir a cantar canciones en su carro a las 5 de la mañana sólo porque sí), y así de lo que menos se dan cuenta es de la mica pegada en la pared que esta en la entrada del Súper Che.
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1 comentario:
Tan bueno como lo iamginaba, la idea del super che se mantiene y crece por si sola. Estoy seguro que la gente de la tienda se la va a pensar dos veces antes de borrar ese estencil ante tan buen chiste.
Por otro lado, el gran chiste del asunto es la circunstancia, en otro lugar lejos de la tienda se puede pensar esta imagen como el "clasico isquierdoso", pero alli y justo alli Super Che hace la gran sorpresa.
Por ultimo, en verdad tienes suerte de haber tenido una salida al problema de la cinta que si no hubiera dado mucho, mucho coraje.
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