domingo, 30 de noviembre de 2008

Fuckin Nam.



El otro día estaba en plena clase de metodología de la investigación periodística en los medios audiovisuales (es menos divertido de lo que suena) cuando de la nada me llegó una de esas regresiones de la jungla. Ya saben, esos desordenes postraumaticos
¿No les mencioné? En una de mis vidas pasadas fuí una baja de la guerra de Vietnam. En realidad mi participación en la guerra no fue nada del otro mundo, ni siquiera llegué al campamento, me caí del helicoptero en pleno vuelo, caí sobre unas rocas y agonizé durante unas horas con todos los huesos rotos y sangre; nadie en el helicoptero se dió cuenta, notaron mi ausencia hasta que pasaron lista en el campamento ¿como sé eso?... ¡No importa! La cosa es que todo eso fue un asco y en clase me vino la necesidad de dibujar esto que les quiero compartir.


No es tan malo, en otras vidas me ha ido mejor. Después de eso, por ejemplo, reencarné en un perro playero y eso sí que fue agradable. De esta existencia tampoco me quejo... por el momento.

Sé que a todos ustedes les pareceran tonterías pero tengo un buen número de conocidos (tías paternas por lo general) que se mantenrían de lo más entretenidos con este tipo de temas, las vidas pasadas y las reencarnaciones.

LA VERDAD ESTA ALLA AFUERA.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Un superhéroe llamado Titanio y Zombies Nazis

Es fuerte como la chingada. Pega como su puta madre. Corre hecho la verga. Él es...¡¡TITANIO!!
¿Algún productor interesado? Ese es un boceto del superhéroe chilango llamado Titanio. Mitad luchador, mitad mezcla de todos los comics de supehéroes que conozco.
La idea de este superhéroe, que nuestro país requiere urgentemente en la actualidad, surgió en un autobús nocturno que iba rumbo a Guadalajara, hace ya unos dos añitos, creo. Fede no dejaba de chingar, así como un escuincle cualquiera; así que comencé a improvisarle sobre la marcha la historia de Titanio, un superheroe que se hace poderoso a partir de drogas sinteticas. Algo así como Popeye, pero más avanzado. No quiero soltar toda la sopa aqui, no vaya a ser que en unos años vea mi idea en posters afuera de los cines, estelarizada por Gael Garcia y Diego Luna.
Basta con que les muestre algunas imagenes para que algún productor me de varo para hacerla pelicula.
Sí, esos son los malos, noten al Zombie-luchador-SS.
Así es como se ve un SS enmascarado y encabronado.

¿Alguien interesado? Puede ser una mina de oro: Luchadores, Zombies, Nazis. Piensen en el potencial.







viernes, 7 de noviembre de 2008

GIVE UP!!



No es que sea emo pero a veces simpatizo con la gente que dice "al diablo con este mundo, todo pinta de la chingada" y toman la decisíón de, sin más ni más, irse a la verga. Dibujé dos versiones del "cubo suicida" que planeo hacer stencil pronto. La primera es más sobria y detallada, se podría decir que la segunda es más


Pop art. Aun no decido cual me gusta más.¿Opiniones?

El arte de no ser un artista...


Ando en mis años de universidad, y en esta etapa abundan las clases de todo: Apreciación cinematográfica, análisis del discurso, geopolítica, teorías de los medios, publicidad, etc., etc. Se supone que debería de saber de todo eso, pero me confieso un verdadero estúpido que sabe un poco de todo, pero de ninguna manera lo suficiente como para entablar un debate con otra persona al respecto. No es que me importe hacerlo tampoco, a diferencia de muchos de mis compañeros que simplemente están enamorados con el sonido de su voz y creen fervientemente que todos deberíamos estarlo también.
He tomado varias clases referentes a las artes gráficas: análisis de la imagen, apreciación de la imagen, ese tipo de cosas. Actualmente tomó una de estas materias con una maestra que al parecer es una eminencia en cuanto al arte pictórico (y las artes en general) se refiere. Sus adjuntos son de la misma raza, con eso me refiero a que todos ellos (y algunos de mis compañeros también) le echan mucha crema a sus tacos. Hacen de la pintura algo tan snob y sobre analizable que le quitan toda la gracia. Frecuentemente salen con comentarios e interpretaciones de obras pictóricas que harían que el autor regresara de la tumba y les dijera “Chale”.
Me gusta dibujar, y por lo que a mi respecta, creo que es de las pocas cosas en las que soy bueno. Desde pequeño. Ser “el dibujante del salón” me trajo una cierta inmunidad en los años de primaria y secundaria… y ahora que lo pienso, también en la prepa. Obtuve el amparo de los bullys con algunas caricaturas chistosas de maestros o de otros compañeros. Sin embargo eso del dibujo no pasó de ser una curiosidad mía hasta el momento en que conocí al Senzei, el maestro, el Obi Wan del stencil. Él nunca supo que fue mi maestro pero como sea, yo aun lo considero así.
Fue ya hace cerca de dos años, mi primo vino de visita a la ciudad y yo lo alcancé por Chapultepec. Después de rolar todo el día de un lado a otro lo acompañé al lugar donde el tenía planeado pasar el fin de semana. Era la casa de un amigo suyo al que yo no conocía. Me advirtió que era un poco extraño, y vaya que no bromeaba. El Senzei era un sujeto esquelético, la piel parecía pegada a sus huesos y era como si sus ojos se le fuaran a caer de las cuencas. No me sorprendió mucho porque el primo ya me había contado en el camino que “el wey era bien yonki”, dándose picotazos con morfina y todos sus derivados.
De igual manera me contó de los stenciles, en aquel entonces ni siquiera sabía lo que la palabra significaba. Mi primo me tuvo que explicar que se trataba de una forma de dibujo que se hacia con micas y aerosol, pero ni él sabía bien a bien como funcionaba el pedo.
Fue hasta que nos instalamos en su casa que descubrí lo que era el stencil. Primero que nada debo decir que el tipo era auténticamente extraño (en aquel entonces), de por sí su apariencia ya lo hacia lucir extraterrestre, a esto hay que agregarle su paraguas que usaba como bastón y el pastor alemán que lo seguía a donde fuera sin cadena ni nada; cada rincón del departamento olía a mota o a solvente y tenía una pared tapizada con cientos de letreros de perros extraviados. De entre toda su colección nos enseño, con especial emoción, el de un loro: “¡Un loro perdido cabrón! ¡¿Quién chingados va a encontrar un loro?!
Aparte de todo eso, estaban varios stenciles. Por supuesto que ya había visto muchos antes (generalmente diciendo “libertad a los presos políticos” o “El 68 no se olvida”), pero nunca antes había visto unos así. El master se dedicaba a hacer imágenes eróticas bastante fuertes, no vulgares, sino rudas: Mamadas con lujo de detalles, vaginas en primer plano, mujeres siendo perforadas, traspasadas hasta la cabeza por escobas y… bueno, cosas por el estilo. Lo que el Senzei disfrutaba era poner estas imágenes en lugares ampliamente transitados y en los que podría ofender infinidad de buenas conciencias: “La idea wey es ponerlo en un lugar donde se haga un embotellamiento bien cabrón, como una zona escolar, y la pinche señora en su camioneta va a tener este stencil a lado y no lo va a poder ignorar, no tiene de otra”.
Recuerdo que ese mismo día regresé emocionado a mi casa pensando en las posibilidades. Le pregunté lo básico al Senzei: Materiales, el proceso a grandes rasgos. Llegué a mi cuarto y busque un acetato tamaño carta, encontré un viejo cutter de entre toda una montaña de basura y pensé en hacer algo. Vi la portada de una revista de Joy Division e hice de la cara de Ian Curtis mi primer stencil. Aun tengo guardado el resultado, era tan primitivo pero a la vez tan hermoso para mi que en ese momento decidí meterme al mundo del estencileo.
Mi segundo stencil fue uno a dos tintas. Una capa gris y una negra que decidí llamar Isolation.

Para los que aun tienen la duda: Sí, me gusta mucho Joy Division. El tercer stencil que hice fue este, bastante sencillo.
Bob Dylan.
Ese fue el primer stencil que puse en un lugar público, fue una ocurrencia ponerlo en una de las mesas de mi escuela, pero eso trajo consigo más ideas y stenciles cada vez más grandes.
El caso es que desde mi encuentro con el Master, los stenciles son parte de lo que me define, supongo. Y de nuevo pienso en mi maestra y sus ayudantes “Super elevados” que han leído de atrás para adelante libros de análisis y composición y simbolismo de la imagen; y que interpretan las obras de acuerdo a lo que Freud o Jung dicen y se llenan la boca de términos difíciles de pronunciar. Mejor aún, pienso en todos los artistas de los que hablan: Dalí, Rothko, Picasso, todos los impresionistas: Cezanne, Monet, Van Gogh; quizá mis maestros tengan razón y eran sujetos que caminaban a veinte centímetros del suelo, tenían un genio obscenamente grande y cada pincelada que daban transmitía todas y cada una de las emociones humanas.
Para mi todo es más simple, dibujas porque te gusta y eres bueno, hago stenciles porque puedo y mata el aburrimiento. Es algo que sólo hago, que me satisface sin tener que explicárselo a nadie. No hay nada de elevado en ello. Eso es lo que te da el stencil, un arte que no es arte, dibujos en las paredes destinados a borrarse con el tiempo, y si te arrancan una sonrisa o un “Ah que cagado”, pues misión cumplida.
El senzei tuvo una hija y eso le cambió la vida, lo último que supe es que ahora es una persona nueva feliz por ser padre. Bien por él. Algunos amigos y yo seguimos en eso de pintar paredes, no digo que no lo tomemos con seriedad, pero en el momento en el que nos consideremos "Artistas", creo que en ese momento valemos madres...