viernes, 6 de febrero de 2009

Un Basset llamado Ringo



No quiero hablar mucho de este dibujo en particular. La verdad no sé que decir. La gente es muy afecta a decir siempre lo mucho que sus mascotas les cambian la vida y la verdad decirlo aquí ya se me hace realmente un cliché muy grandote, aparte aunque tratara de explicarme lo mejor posible creo que no hay forma de poner en palabras la relación que se tiene con un perro.
Pongámoslo así: Termina un tedioso, monótono y aburridísimo día escolar cualquiera y llego a casa. Para él no ha sido mejor la cosa, lleva horas encerrado y sin nada que hacer, todo el día echado como un tapete peludo y orejón. Me ve y mueve la cola como loco. Salimos al parque, lo suelto y dejo que corra, olfateé el pasto, los árboles y los traseros de otros perros, mientras yo lo sigo como su mayordomo -guardaespaldas –papá, me trepo a uno que otro árbol hasta que mis manos tienen rasponcitos y están impregnadas de delicioso olor a resina. En cuestión de una hora los dos nos sentimos más tranquilos y regresamos a casa para comer.
No podría ponerlo de manera más simple.

3 comentarios:

Ald0rad0 dijo...

Está chido el dibujo, saludos!!

Kuroi Tsuki dijo...

Pues a tu perro le va bastante bien, al menos sale seguido al parque. El mio simplemente me ve, mueve la cola, salta unos minutos y se acabo el tr{amite, regresa a dormir o a ladrar como psicopata toda lo que reste del día.
Supongo que sera mejor establrecer un lazo mas cercano con mi perro.

Alejandro Saldívar dijo...

Ke pex, rolando por los blogs, encontré el tuyo, chido por los stenciles.